Institucional

23 de diciembre de 2024

Tiempo de Navidad, de aroma de jazmines, de regalos, de festejos, de fuegos artificiales, de ofertas, de la pregunta infaltable: ¿con quién vas a pasar? Las palabras paz y amor se multiplican en los medios de comunicación, así como en las liturgias de las iglesias.

Pero todo lo expresado anteriormente, en pocos días se diluye, se nos olvida y nuestras vidas regresan a lo cotidiano (la violencia en todas sus formas, en nuestra sociedad y en el mundo) a la espera de que un nuevo año reviva el «espíritu navideño».

Hay un texto bíblico que poco leemos, quizás porque es de otro tiempo, quizás para no complicarnos la vida. La esencia de este texto es el compromiso de amor incondicional en acciones sencillas:

«Pues tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; anduve como forastero, y me dieron alojamiento. Estuve sin ropa, y ustedes me la dieron; estuve enfermo, y me visitaron; estuve en la cárcel, y vinieron a verme» (Mt 25, 35-36).

Quienes leemos este texto tenemos la oportunidad de que la esencia de la Navidad ―el amor incondicional para todas y todos sin exclusiones― esté siempre presente en nuestros dichos y hechos. Además, nos recuerda el estribillo de aquella canción que dice que la Navidad tiene que ser lo que falta por hacer.

¡Feliz Navidad 2024!

Pastor Adolfo Tomé
Pastoral Educativa

Créditos: Centro de Recursos para el Aprendizaje (imágenes)

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