14 de noviembre de 2022

Luego del receso de invierno, el programa quincenal de lectura de la Biblioteca de Primaria, del que participan los grupos de primero a sexto, se nutrió de visitas a Oriente, criaturas legendarias, guerreros, samuráis y cortes imperiales.

A través de diversas manifestaciones artísticas (música, pintura, fotografía) y el globo terráqueo, la Mtra. Silvana Silva Salas ―responsable de animación a la lectura― comenzó la ambientación necesaria para introducir el tema del año: China y Japón. El recorrido, como siempre, incluyó textos y actividades lúdicas.

La gran ola (Hokusai); el cuento clásico La princesa Kaguya y el del cortador de bambú; El millonario de la brizna de paja, una leyenda que finalizó con espontáneos aplausos; El gran Isumbochi (que recoge la tradición oral de Japón) y La serpiente mágica (la versión china de La bella y la bestia) fueron algunos de los tantos textos trabajados. 

El dibujo de cinco elementos que, en una mochila, se llevarían si viajaran a China y Japón; un rompecabezas con íconos turísticos; imaginar tsukumogamis (objetos que, al dejar de usarse, cobran vida a los cien años) e inventar construcciones originales conformaron algunas de las actividades que acompañaron el recorrido por las obras literarias. También se llevó a cabo el tradicional certamen interclase de lecturas. 

En octubre, llegó el momento del juego anual, que incluye consignas para realizar en equipos, disfraces y personajes que dan cuenta del trayecto simbólico trabajado. 

En esta oportunidad, los escolares debían encontrar, en algún lugar de la Biblioteca, diversos elementos que aparecieron en los textos leídos: una vestimenta tradicional de China y de Japón; el objeto que usaban las mujeres en los días de mucho calor; arma con la que peleaban los antiguos guerreros, por ejemplo. También tuvieron que pasar bolitas de un pote a otro usando palitos chinos; practicar Jianzi, un deporte-juego chino, y formar un dragón con la participación de todos los integrantes del equipo.

La dinámica continuó con el momento asignado a los disfraces. La cultura oriental, con gran despliegue de color, contribuyó con kimonos y chaquetas, abanicos, collares y flores, katanas. Portando los ornamentos ―que confieren el marco simbólico necesario―, los escolares escucharon el preámbulo del juego que se desarrolla «detrás de la tela negra». 

Silvana los situó 1500 años atrás. Ellos son guerreros, samurais y damas que conforman la corte imperial. Acompañan al emperador. En la recorrida por el infinito bosque ―que comienza detrás de la tela negra― se perdió la campana que había sido un regalo del tatarabuelo del emperador. En grupos, deben buscar este tesoro. En el bosque, encontrarán algunos de los personajes que ya conocen y que conforman el folclore de Oriente: dragones, kami (divinidades), yuki onna y kuchisake oma (seres terroríficos), bakemonos (fantasmas de seres humanos), tengu (criaturas legendarias) y hengeyōkai (seres de apariencia animal que se transforman en personas). 

Durante los minutos que duró la travesía se escucharon algunas conversaciones, voces de asombro y chillidos ante el contacto con las criaturas mitológicas y el tránsito por el bosque que, producto de las lluvias, tenía barro. Al salir, fue evidente que la alegoría desplegada permitió un viaje imaginario a la cultura en la que, durante varios meses, estuvieron inmersos gracias a los cuentos. 

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Créditos de imágenes: Centro de Recursos para el Aprendizaje