8 de marzo de 2022

 

El viernes 18 de febrero, la docente Cecilia Marzaroli Almirón, responsable del programa Chacra Educativa en Inicial y Primaria, lideró dos encuentros con los equipos de Inicial y de Primaria. Con el propósito de abordar las ciencias en la Escuela, la actividad se desarrolló dentro de las jornadas pedagógicas que dan inicio al año lectivo.

Los ejes temáticos desarrollados en los encuentros se centraron en mantener la curiosidad por lo cercano ―con la cotidianeidad en el aula― y fomentar la curiosidad por lo desconocido. De esta manera, en la clase es posible comprender el día a día, interpretar el mundo y formar ciudadanos con cultura científica. Esta cultura es necesaria para que los niños puedan vincularse con la naturaleza, aprender a amarla y sentirse cómodos en ella y porque, además, incentiva el pensamiento innovador que permite un desarrollo integral, equitativo y sostenible. 

El uso de combustibles fósiles, la deforestación, la erosión del suelo, la acumulación de residuos, la pérdida de biodiversidad y el calentamiento global, entre otros, son los problemas más relevantes que el planeta presenta en estos momentos. «¿Se deben al desconocimiento de la naturaleza?», preguntó la docente. «Nuestro problema, cuando trabajamos ecología, puede ser que tratamos de invocar el conocimiento y la responsabilidad, antes de permitir que una relación amorosa entre el niño y la naturaleza florezca (1). ¿Qué estamos educando? ¿Niños enamorados de la naturaleza? ¿Estamos formando los mejores para el mundo en alusión a la conferencia que [el Dr. Miguel] Santos Guerra dio en Crandon en 2019?».

Para poder formar «los mejores para el mundo», la enseñanza de las ciencias, en la Escuela, tiene el salón, el patio y el barrio como contextos reales. Estos permiten la observación, cuestión clave en el proceso científico. Así, luego de un día de lluvia, en la clase se podrá debatir si el suelo del patio o del predio está igual de mojado en todas partes. También pensar en la razón de los desniveles que hay en el lugar. «Es preferible fomentar unas pocas preguntas, bien planteadas, que promuevan la reflexión en lugar de recordar situaciones estudiadas por otros o memorizar partes de animales o plantas o un ciclo», agregó la docente..

Focalizar la atención (¿dónde se pueden encontrar lombrices en la escuela?); promover la acción (¿cómo podríamos hacer para saber qué comen las lombrices?) y realizar preguntas para resolver situaciones problemas (¿qué creen que podría pasar si se acumulan líquidos en la compostera?) son el camino para enseñar ciencias en la Educación Inicial y en Primaria. De esta manera, concluyó la docente, «los alumnos podrán interpretar la información y se transformarán en ciudadanos críticos».

(1) Sobel, D. (s. f.). Más allá de la ecofobia. Universidad Nacional de Córdoba. Recuperado 3 de marzo de 2022, de https://www.unc.edu.ar/sites/default/files/Sobel_M%C3%A1s%20alla%20de%20la%20ecofobia.pdf
Traducción de Margarita Herbel

 

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