Secundaria / Seniors

8 de setiembre de 2022

La Lic. Julieta Castillo Stratta (Seniors 2012, docente de la asignatura Biology en primer y cuarto año) estuvo a cargo de una charla sobre cronobiología y sueño para estudiantes de 2.º 1 y 2.º 2. La Profa. de Biología Valeria Giménez Ferreira organizó la actividad en el marco de la enseñanza del sistema nervioso y endócrino, temas definidos en el programa de ese nivel.

Las partes del cerebro ―qué sucede en cada una―, el sueño como función primitiva, ubicada en el diencéfalo: tálamo e hipotálamo, y las etapas del sueño (vigilia, sueño no REM y sueño REM) fueron los primeros aspectos abordados por la Lic. Castillo. 

El auditorio respondió con diversas preguntas. Los estudiantes querían detalles sobre los tiempos de los sueños, los ciclos y el sonambulismo, entre otros. El interés se palpaba en la gestualidad corporal del público y en la formulación de preguntas, que no cesaban.

«¿Por qué dormimos? El sueño es superimportante» ―agregó la oradora―. No debemos creer que no hacemos nada. Es importante para crecer y para prevenir ciertas patologías. Es el momento perfecto para que trabaje el sistema inmune. (…) El cerebro actúa como si fuera un housekeeping; esta limpieza sucede necesariamente en la noche. Es importante para la memoria: durante la noche el cerebro filtra la información importante y decide qué guardar; consolida información. (…) También se desarrollan funciones emocionales, porque el sueño reduce el estrés».

El tálamo, la corteza cerebral, el tronco encefálico y el hipotálamo fueron también tratados ―con explicaciones asequibles― para abordar la cronobiología, campo interdisciplinar que estudia los organismos y el pasaje del tiempo.

Al respecto, la Lic. Castillo aportó datos sobre los cambios de la temperatura corporal en un día, el punto máximo de atención (que sucede en la mañana), la presencia de luz como clave ambiental básica y cómo la melatonina, la hormona nocturna, le «dice» al cerebro si es día de día o de noche. 

«Si prendemos todas las luces, frenamos la producción de melatonina. Es ideal tener mucha luz de mañana (es mejor que una taza de café para despertarnos) y oscuridad en la noche ―explicó la profesional―. ¡Días brillantes y noches oscuras!».

La charla finalizó con la presentación del cronotipo, la sincronización del ritmo circadiano. «Los madrugadores son alondras y los nocturnos son búhos. De niños somos tempraneros, a medida que vamos creciendo llegamos al pico de nocturnidad, que se da durante la adolescencia. En la adultez nos acomodamos en un intermedio, que depende de la persona y también del género. ¿Ustedes, que son adolescentes, son más nocturnos que sus padres? Sí. Como población uruguaya, además, somos mucho más nocturnos que otros países. Tenemos, lo que se llama, jet lag social, porque nos levantamos temprano, mucho más que lo que nuestra biología nos demanda, y nos acostamos tarde».  

Antes de retirarse, los grupos completaron un formulario para saber el cronotipo. Las preguntas e indagar si cada uno es alondra o búho generó renovado interés. 

 

Julieta Castillo Stratta es licenciada en Ciencias Biológicas (Facultad de Ciencias, Universidad de la República) y actualmente está finalizando la maestría en Neurociencias, con especialización en Cronobiología (también en la Facultad de Ciencias de la Udelar).

 

Créditos de imágenes: Centro de Recursos para el Aprendizaje

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