Institucional

28 de noviembre de 2022

Biblia y cruz

«Dejen que los niños vengan a mí…»
Mateo 19:13-15; Marcos 10.13-16; Lucas 18.15-17

 El 20 de noviembre se celebran dos fechas significativas en relación con los derechos de niñas y niños. En 1959, se aprobó la Declaración de los Derechos del Niño y en 1989, la Convención sobre los Derechos del Niño, el tratado internacional más ratificado de la historia. Las Lic. Lucía Barros Sulca y Sandra dos Santos Esteller, integrantes del equipo de Pastoral Educativa, reflexionaron al respecto.

La Declaración de los Derechos del Niño y la Convención sobre los Derechos del Niño (Organización de Naciones Unidas) reconocen a niñas y niños como sujetos de derecho, amén de fijar a los adultos y a los Estados como responsables de garantizar el cumplimiento de los derechos. Además, plantean cuatro principios fundamentales: el interés superior del niño, la no discriminación, el derecho a vivir, sobrevivir y desarrollarse, y el derecho a ser escuchado.

«En el marco de esta celebración y reconocimiento, recordamos los relatos de los Evangelios sobre el encuentro de Jesús con los niños. En Marcos 10:13-16, Jesús pidió que dejaran que los niños se acercaran, los tomó en brazos, puso sus manos sobre ellos y los bendijo. Esto es muy importante porque, en aquella sociedad, la presencia y el lugar que ocupaban los niños era insignificante. Al igual que las mujeres, los adultos mayores, los enfermos y las personas con discapacidad, los niños y las niñas tampoco eran tenidos en cuenta. Incluso el castigo físico era una práctica común y aceptada» explican las licenciadas Barros y dos Santos. 

Jesús no solamente trató a los niños con ternura, sino que planteó un nuevo lugar y valor para la niñez, especialmente en relación con el servicio que se le debe otorgar. A pesar de la perspectiva y acción cristiana, que tiene más de dos mil años, «en la actualidad muchos niños y niñas se encuentran en situación de vulnerabilidad, viendo comprometido su futuro. Así lo indican las cifras del Observatorio de los Derechos de la Niñez y Adolescencia de nuestro país ―agregaron dos Santos y Barros―.  Los datos muestran, no solo que la pobreza tiene cara de niño y de niña, sino la necesidad de aunar esfuerzos para garantizar que puedan hacer ejercicio de sus derechos y, como plantea la Convención, puedan vivir, sobrevivir y desarrollarse».

Incidencia de la pobreza en Niños, Niñas y Adolescentes en Uruguay. Una mirada comparada entre 2019 y 2020

«Niños, niñas y adolescentes siguen siendo la población mayormente afectada por la situación de pobreza. A 2020, de cada 1000 niños, niñas y adolescentes, 202 se encuentran bajo la línea de la pobreza (20,2%); un total de 176.375 estimados.

Este último movimiento indica respecto a 2019 un incremento estimado de 35.345 niños, niñas y adolescentes más residiendo en hogares bajo la línea de la pobreza».

Referencia: Comité de los Derechos del Niño

Crédito de imagen: Centro de Recursos para el Aprendizaje

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