26 de setiembre de 2021

 

Se prende la cámara de la videollamada y Maia Francia Amonte, Seniors 1998, aparece en escena. El encuadre es pura estética. El pelo de Maia está impecable, con un cerquillo que parece cortado hace minutos; usa auriculares, perfectamente colocados, y micrófonos profesionales, y tiene puesto un suéter amarillo con detalles en lila que contrasta con el fondo blanco con varias plantas muy verdes. Si bien el marco es sencillo y hogareño, la armonía cuidada es parte de su nuevo escenario: la casa de Atlántida de Maia es, desde hace varios meses, el aula y el estudio a través de los que se conecta profesionalmente con el mundo exterior. 

Maia es actriz, egresada de la Escuela de Arte Dramático del Teatro El Galpón y licenciada en Comunicación, egresada de la Universidad Católica. Desde hace quince años, vive en Buenos Aires. Tanto en Argentina como en Uruguay, es una reconocida actriz ―con importantes premios―, además de docente de la Licenciatura de Arte Dramático de la Universidad del Salvador (Buenos Aires) y del taller Estudio Francia. La pandemia la trajo de vuelta a Uruguay, por unos meses, y le ofreció la oportunidad de cristalizar un proyecto radial, largamente anhelado que en más de una oportunidad había pensado llevar a cabo junto con el periodista Emiliano Cotelo, también exalumno de Crandon.

«Cuando Emiliano se enteró de que yo estaba acá, me acercó la posibilidad de tener un espacio y rápidamente me puse en campaña para elaborar un proyecto que tenía en carpetas», explica Maia. Así nació Gigantes de la escena, un segmento del programa Oír con los ojos ―a cargo del periodista Fernando Medina― que desde julio de 2021 se emite los sábados y que también se escucha en Spotify.

El ciclo, de doce episodios, se centra en un autor u obra diferente cada vez. Recorre la historia del teatro universal desde Eurípides a Enrique Santos Discépolo. «Las plumas inmortales, las que dejaron huella; el podio, todo el salón de la fama…», así se presentó el segmento, que abarca «la tragedia griega, el Siglo de Oro español con Calderón de la Barca y Lope de Vega. Llegamos al teatro isabelino con William Shakespeare e hicimos el teatro realista de Ibsen, de Strindberg. Es una linda audioteca con el teatro como hilo conductor y con una contextualización histórica, desde cuándo nace el autor hasta lo que está pasando en el mundo en ese momento. Después, el análisis de una obra y, además, hago un monólogo al principio y al final del programa. […] Yo le llamo lectura dramatizada», agrega la actriz. 

Maia maneja la voz con precisión: el tono y la cadencia están al servicio de sus explicaciones, que además son ricas en vocabulario. Su perfil docente se cuela entre las respuestas, con un discurso rico en metáforas, términos y contextos explicativos.

Con Gigantes en la escena, Maia seleccionó los grandes autores para llegar al público con un repertorio que incluye algunas de las obras más representativas del teatro universal. «La idea es inspirar, poder hablar de determinados temas y de las grandes pasiones humanas que tocan estos autores. Y que den ganas de leerlos o de volver a leerlos, porque son textos siempre vigentes». 

En el ciclo, Maia plantea «un gran viaje por la historia del teatro universal». Ella es la curadora y la guía de un recorrido con «las verdades incómodas de los grandes personajes del teatro universal. Los monólogos más poderosos, los autores y su contexto histórico. Las obras y los temas eternos».

Gigantes de la escena, columna de Maia Francia en el programa Oír con los ojos, Radiomundo En Perspectiva

 

Entrevistamos a Maia como exalumna de Crandon, así que era ineludible evocar recuerdos y hablar de la Institución. «Lo primero que debo decir es que fui muy feliz», agrega con contundencia. «Yo estoy muy agradecida en varios sentidos. En el profesional, porque creo que me formó con una solidez que fue carta de presentación para mi vida adulta. Crandon tiene el sello de calidad de una formación en la que se integran interdisciplinariamente los saberes. […] Salí con muy buenas bases; tuve grandes docentes y un gran programa integrador donde se articulaban los saberes muy bien, donde las materias dialogaban entre sí». 

Dice que no es objetiva y nos reímos, porque no es necesario que lo aclare. «Es el mejor Colegio, aunque es el único que conozco ―continúa―.  A nivel personal, Crandon tiene un plus: imparte valores realmente muy sólidos. Es inclusivo y progresista, porque te lleva para adelante. Te hace pensar y te proporciona espíritu crítico. Además, te sentís muy acompañado. […] Hay maravillosos seres humanos, hay una estructura de la que participan no solo los docentes, sino todos los que trabajan ahí. Absolutamente todo es un engranaje, con un espíritu familiar, a pesar de ser un colegio grande. La sensación es la de una red de contención, de la que no vas a caer porque siempre vas a encontrar una cara amiga, una cara amable, familiar, que te está diciendo estamos acá. Por último, y no menor, está la parte social. Mis grandes amigos los hice en Crandon. Yo vivo en Buenos Aires desde hace quince años y todos los días converso con mis amigas del Colegio por WhatsApp. Nos acompañamos. Es un colegio que te da mucho. Mucho. En Crandon fui muy feliz». 

 

Más info sobre Maia Francia en www.maiafrancia.com

Imágenes extraídas de: https://enperspectiva.uy/