Institucional
Lunes 23 de marzo de 2020
Estimadas familias y funcionarios de Crandon:
La globalización que tantas puertas nos ha abierto, hoy nos depara una pandemia. Ante ella, todas las personas estamos llamadas a ser extremadamente cautelosas en nuestro proceder para evitar, en lo posible, contagiarnos y ser con ello una carga para nuestro entorno y el sistema de salud.
Al mismo tiempo que nos cuidamos y adquirimos lo necesario para «nuestra vida en aislamiento», debemos pensar en aquellas personas que esperamos no se aíslen: el personal de la salud, del comercio minorista, de seguridad, y quienes cuidan y trabajan en los hogares… La lista sería muy larga si enumeráramos a todos los que en una situación como la actual evitan que la sociedad colapse.
También para que ellos puedan realizar cabalmente sus tareas, sin exponerse innecesariamente, es importante que cuenten con los implementos necesarios para protegerse. Y, por otra parte, que no sean víctimas del desabastecimiento por comportamiento compulsivo de compras impulsado por el miedo y sostenido por el «yo puedo porque tengo».
Esta pandemia no solamente pone a prueba a los gobiernos que deben tomar medidas de diferente índole, sino también a cada uno de nosotros en relación con nuestra responsabilidad y solidaridad como integrantes de una sociedad. Como creyentes en Dios confiamos que nuestra vida está en Sus manos, pase lo que pase. Esto no es un seguro de salud inquebrantable, sí es una fuente de paz interior que nos ayuda a no caer en pánico y evita la mayor pandemia: el miedo generalizado. Desde la paz interior que nace de la fe, tratamos de enfrentar con responsabilidad los azotes para la humanidad en la certeza de que Dios nos sostiene y anima.
Con un fraternal saludo,
Pastor Jorge Gerhard
Pastoral Educativa, Instituto Crandon
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