22 de octubre de 2021

 

Emilia Cetani Vero, Facundo Etchart Castro, Julieta Fontán Delgado, Jue Sheng Liliana Wu Ma y Manuela Villar Berriolo, de tercer año de Ciclo Básico, crearon un repertorio de juegos didácticos sobre cinco elementos de la tabla periódica. La propuesta surgió en clase de Química, a cargo de la Mag. Gabriela Meroni Toledo, profesora de la asignatura. 

En primer término, cada integrante del grupo (3.º 1) recibió un elemento del que debía buscar información: símbolo y número atómico, origen del nombre, principales sustancias que forma y usos. Las fuentes documentales fueron dadas por la docente y el resultado de la investigación debía detallarse en un documento compartido. 

Después, la consigna mencionaba que había que armar equipos con cinco integrantes, con el propósito de definir y llevar a cabo un recurso lúdico. Este tenía que usarse de manera remota, pues era mayo y el trabajo liceal se desarrollaba de manera virtual. Además, tenía que mostrar las características de los elementos de los integrantes de cada grupo. 

Manuela, Liliana, Julieta, Emilia y Facundo tuvieron que trabajar con el bromo, el iodo, el potasio, el polonio y el bismuto, y decidieron hacer un memory, una sopa de letras, un match y dos cuestionarios (un verdadero/falso y otro de múltiple opción). «No quisimos hacer el típico kahoot [trivia]. Aunque es entretenido, quisimos variar y propusimos varios juegos para que fuera una experiencia más interesante ―explican los liceales con vehemencia―.  Son juegos que utilizan la misma información, pero se pueden jugar por separado. Los desarrollamos en Drive, Interact.me, EducaPlay y H5P».  

La Mag. Meroni propuso a este subgrupo presentar el repertorio lúdico a sus compañeros y también en la clase de Química, de tercer año del liceo N.º 16 Nocturno. En setiembre, tuvo lugar este último encuentro, que se desarrolló de manera virtual. «Nos presentamos, mostramos la actividad en general y ellos pasaron a hacer los ejercicios. Nos quedamos un rato, por si surgían dudas, y después ellos siguieron», narran los adolescentes involucrados. 

Les pregunto si se dieron cuenta de que la propuesta que realizaron cumplió todo el ciclo: no solo lograron el fin propuesto por la docente, sino que permitió a otros aprender sobre los cinco elementos. Me miran con un atisbo de asombro, sonríen y dicen que no, que no se habían puesto a pensar en ese detalle. Les gusta lo que dije, se nota en los gestos y en cómo se acomodan en las sillas. En el ambiente, se respira confianza. Confiesan que no se van a olvidar de los cinco elementos y anhelan que tampoco se olviden los alumnos del Nocturno.

«La idea fue que los estudiantes de Crandon pudieran compartir un momento con otros estudiantes que, si bien realizan el mismo curso, tienen una realidad diferente, ya que no pudieron culminar el Ciclo Básico cuando tenían 14 o 15 años y lo están haciendo ahora. Son, por lo tanto, alumnos más grandes que tienen que compatibilizar el estudio con otras responsabilidades. El planteo fue realizar un encuentro virtual para conocer otros jóvenes que estudian en otro contexto y compartir saberes de Química. A los estudiantes del Nocturno les encantó la experiencia. Después de que los chicos de Crandon se desconectaron, siguieron buscando las respuestas de los distintos juegos con entusiasmo. Varios se asombraron de que, siendo alumnos de tercero, hubieran armado esa propuesta. Dos alumnas dijeron que «eran unos bochos». Detrás de este encuentro, hubo intercambio de saberes y experiencias: una de las maneras de compartir, con otros miembros de la comunidad, lo que hacemos en Crandon», resume la Mag. Meroni.

 

Crédito de imágenes: Gabriela Cabrera Castromán