Secundaria
Por Lorena Verdier y Diego Guarnieri
La tarde del pasado 30 de enero, un grupo de veinte estudiantes y dos docentes partimos rumbo a Vancouver, Canadá, en lo que fue una de las experiencias más enriquecedoras y disfrutables. Este viaje nos otorgó la posibilidad de conocer una ciudad en la que convive un crisol de culturas, permitiéndonos no solo realizar una reflexión sobre nuestra propia identidad, sino también acercarnos a lo distinto, despertando así nuestra inquietud por conocer más y desarrollando los valores de la tolerancia y la solidaridad de forma práctica y tangible.
La institución educativa Eurocenters ofrece a los estudiantes no solo el uso exclusivo de la lengua y su potencial aprendizaje, sino que también la interculturalidad. En el corto período de tiempo en que fue posible la interacción con otros, nuestros estudiantes lograron forjar lazos tanto con sus pares como con los docentes de la escuela, disfrutando de sus prácticas y trabajo en el aula. La experiencia de conocer nuevas personas y de ser alojados en una casa de familia implica una apertura y respeto hacia la diversidad, así como también un crecimiento en la independencia y autonomía de los estudiantes. Este viaje, además, afianzó vínculos ya existentes, permitió que el grupo funcionara como tal y que los estudiantes gozaran de la mutua compañía.
La ciudad de Vancouver y sus alrededores ofrecen un sinfín de atractivos y actividades que supimos vivenciar en las tardes, luego del horario de clases, y los fines de semana. Visitamos museos de arte, deporte y ciencia, parques naturales con puentes colgantes, la montaña Whistler, la isla Victoria y la ciudad de Seattle, entre otros. Cada uno de estos lugares, con su encanto particular, lograron deleitarnos completamente.
Las expresiones en los rostros y las reacciones de los chicos nos demostraron que es una experiencia muy valiosa.
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