Seniors

El 15 de julio se anunció el proyecto ganador del memorial que recordará a quienes estuvieron presos en la antigua cárcel de Punta Carretas, hoy centro comercial con el mismo nombre. La convocatoria fue publicada en mayo por la Comisión Memorial Penal de Punta Carretas, la Asociación de ex presos políticos del Uruguay (Crisol) y el Ministerio de Educación y Cultura. Se presentaron más de cuarenta propuestas y la ganadora fue seleccionada al proponer una mesa paisajística y funcional que tendrá grabados los nombres y apellidos de los presos políticos y que se ubicará en la entrada del shopping. El equipo ganador está conformado por Federico Lagomarsino, Leandro Alegre, Federico Lapeyre, María Lucía Arce, Lucas Cardona y Lourdes Silva.

Leandro, Federico y María Lucía son exalumnos de Crandon (Seniors 2002, 2003 y 2013). Los dos primeros son arquitectos y docentes de la Facultad de Arquitectura (Universidad de la República) y María Lucía, que también estudia arquitectura, se recibirá en breve. Por diversas razones comenzaron a trabajar juntos. Federico y Leandro se conocían de Crandon, se contactaron en Facultad y son profesores del mismo curso. María Lucía comenzó a trabajar en Tatú Estudio, del que Leandro forma parte, en setiembre del año pasado. Han participado en diversos concursos y, en esta oportunidad, armaron un equipo específico junto con otros profesionales.

Los recibimos en nuestra Institución a propósito de este significativo reconocimiento que, en palabras del jurado evaluador, fue elegido por la «contundencia del mensaje logrado con una adecuada síntesis de elementos expresivos». A media mañana, el liceo funcionaba como de costumbre y los tres comentaron que, al entrar al Colegio, la «sensación fue la de todos los días». «Aunque todo parece un poco más chico», agregó María Lucía. Mientras nos aprontábamos para la charla, surgieron los recuerdos y todo aquello que los acompaña luego de tantos años en Crandon.

De lo que aprendieron en Crandon, ¿qué aplican en la vida profesional y en la cotidiana?
María Lucía: ¡El AutoCad. Lo básico para un arquitecto y creo que es el único liceo que lo enseña! Esa base nos distingue.

Leandro: Lo que aprendimos de Excel y del AutoCad, tal cual. También aprendíamos a plotear y eso es un avance porque entrar a Facultad sabiendo eso hace una diferencia.

Federico: Yo siento que lo que más me hizo la diferencia fue el inglés. Cuando hice el viaje de Arquitectura, en la camioneta iba con seis más y más de la mitad no hablaba inglés. A mí el inglés me permitía facilitar mil instancias y me cambió el rol en la camioneta.

Y en los vínculos, ¿hay algo que hayan aprendido en Crandon y que usen a diario?
Leandro: Lo que más destaco es el compañerismo y la gran diversidad de amistades que generás en Crandon. Yo me doy cuenta porque juego en el fútbol universitario y tengo compañeros de varias generaciones, algunos mucho más chicos.

Lucía: Me pasa en la Facultad, veo gente que conozco de los pasillos del liceo de otras generaciones. Me los cruzo ahora y hay un vínculo.

Federico: Tengo mi grupo de amigos de Crandon que no se va a deshacer y me pregunto por qué…

A propósito de la respuesta de Federico, los tres ensayaron hipótesis y comentaron las experiencias de cada generación. Entienden que hay valores en común que, como insiste Leandro, «perduran a lo largo del tiempo». El compañerismo y el trabajo en equipo nos llevaron al concurso, la forma en la que lo abordaron y el premio obtenido.

¿Cómo fue poner en un papel ideas de un grupo tan grande?
Federico: Tuvimos un proceso de mesa que fue muy prolongado. Nuestra aproximación al tema era escasa, entonces pedimos una charla para conocer los testimonios de primera mano. Encontramos el camino cuando vimos que el memorial tenía que ser para las familias de los ex presos políticos, para aquellos que estuvieron afuera acompañando. Por eso definimos una mesa porque en algún momento existió una mesa en el Penal que permitía contactar los dos mundos.

Una mesa que invita…
Leandro: Sí, es un lugar de encuentro. Es una forma de democratizar el espacio y de darle uso. Queríamos un elemento que llamara la atención y esta mesa tiene más de veinte metros. También que permitiera la reflexión; no queríamos un monumento a algo, sino un vehículo de uso y de interpretación.

¿Qué sintieron cuando les avisaron que habían ganado?
Federico: Nos convocaron al MEC a la sede de Reconquista. Cuando llegamos, las autoridades estaban sentadas en una mesa con un mantel negro y eso nos hizo pensar. ¡Estoy seguro de que no, pero nosotros veíamos mesas en todos lados! Antes de nombrar los ganadores fueron haciendo una descripción de las características del proyecto y cuando llegaron al primer premio comenzaron a describir aspectos del nuestro. Estábamos sentados en distintos lugares y comenzamos a mirarnos.

Los tres insisten en la viabilidad y sencillez de su proyecto. Era una condición mencionada en las bases y se ajustaron a la propuesta. Agregaron que su «perspectiva los hizo trabajar sobre las familias y que fue una solución abarcativa porque es muy difícil lograr satisfacer todas las historias». Esa fue su propuesta, construida «desde esa sensibilidad y con la responsabilidad de haber investigado con seriedad».

El proyecto está en marcha y quedará listo en breve. La inauguración está prevista para noviembre y, ese día, los creadores quieren realizar «una acción performática con un gran banquete para que todo el que quiera pueda apropiarse del espacio».

www.federicolagomarsino.com
www.tatuarq.com

Entrevista: agosto 2019

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