25 de marzo de 2022

Luego de dos años de pandemia, que se caracterizaron, entre otras cuestiones, por encuentros familiares muy puntuales, celebramos el retorno de los espacios presenciales. En Maternal, estas actividades comienzan con los talleres que forman parte del proceso de adaptación. La planificación de estos encuentros, a cargo del equipo de psicólogas y de psicomotricistas del Colegio, cumple varios propósitos.  

La escucha y la participación son aspectos sumamente valorados en nuestro encuadre, pues nos permiten generar lazos, sentido de pertenencia y crear comunidad. Por ello, consideramos esencial poder detectar y acompañar las necesidades de las familias a través de estas instancias vivenciales. Además, a través de estos talleres se procura contener a los adultos (madres y padres) desde espacios de escucha e intercambio, para poder transitar las distintas etapas de desarrollo de los niños de forma segura y confiada. 

En este marco, los talleres con las psicólogas (Alejandra Craviotto Silva y Adriana Torres Postiglione) y las psicomotricistas (Bettina Cauteruccio Bethencourt y Gabriela Ventimiglia Maccio) se llevaron a cabo del lunes 7 al jueves 17 de marzo.

En la Sala de Psicomotricidad, tuvieron lugar las actividades propuestas por las profesionales a cargo del área, quienes definieron encuentros en función del juego y del disfrute, con el objetivo de fortalecer los vínculos de confianza. El espacio preparado ― seguro, amable y atractivo― permitió a los participantes (niñas, niños, madres y padres) desplegar una actividad lúdica, dirigida y también espontánea, a partir del estímulo de los materiales de la sala. La propuesta de las psicomotricistas facilitó, a su vez, las primeras etapas del vínculo entre ellas y los niños; un relacionamiento que se desplegará durante todo el año. 

Las psicólogas, por su parte, prepararon encuentros una vez que madres y padres pudieron salir de las clases ―cuando sus hijos comienzan a familiarizarse con las docentes y los compañeros―. En reuniones distendidas, facilitaron conversaciones a partir de las emociones que desencadena el dejar a los niños en la Escuela (por primera vez, en muchos casos). «Procuramos conocernos, afianzar el vínculo y que ellos se conozcan como generación. Hablamos de lo que se espera, de las dudas y de los miedos. Es importante que se escuchen, porque la experiencia de otros, cuando es similar, genera alivio y sintonía», explicaron las profesionales.

Este año, cada taller finalizó con la realización de un móvil que después se colocó en la clase. Este dispositivo representa los vínculos familiares y es una forma de que madres y padres estén presentes en el salón. 

Además de los talleres de inicio, durante el año se realizan otros en función de las necesidades de cada grupo. También se llevan a cabo charlas con especialistas y las clases abiertas con los maestros y/o docentes de áreas de apoyo. Porque el oficio de educar reúne a madres, padres, maestros y demás integrantes de la comunidad educativa en una tarea común.

Crédito de imagen: Centro de Recursos para el Aprendizaje