23 de febrero de 2022

El Dr. Carlos Bernardo Skliar (Argentina) fue el encargado del segmento académico de la jornada pedagógica del 14 de febrero, instancia que reunió al colectivo crandoniano para dar comienzo al año lectivo 2022. 

Skliar es un reconocido investigador que se desempeña en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de la Argentina y en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), además de ser autor de numerosos libros. Su postura oscila entre la literatura, la pedagogía y la filosofía, y a través de un discurso pausado e interdisciplinario apeló al auditorio presente con la conferencia denominada Lo que vendrá a partir de lo que ha sido. La Educación en su encrucijada.

«El mundo parece anunciar que hay que “adultizar” a los niños y “juventizar” a los adultos. Un vaivén en el que los jóvenes no saben qué les corresponde ―expresó―. El encuentro y la diferencia entre generaciones no se está cumpliendo. El presente, atrapado, se desenvuelve a los saltos, el futuro parece ser el gran protagonista (…) y el pasado parece que no tiene nada que enseñarnos». 

Para imaginar lo que vendrá, el investigador apeló a la Escuela como ambiente narrativo, como ámbito para curar, cuidar y desarrollar la curiosidad. A su criterio, el punto de partida debe ser la institución educativa como ámbito creador de un discurso que se contrapone a la liquidez narrativa del presente y a la violencia imperante (en clara alusión al planteo realizado por el pastor Gerhard al inicio de la jornada).

El lazo entre la contemporaneidad y la educación fue otro de los ejes tratados. ¿Cuál es el  vínculo entre una época y la educación?, preguntó el conferencista. Su respuesta fue categórica: «Las exigencias de una época son epocales y por ello la educación no debe tener que responder a una época. El mundo no es solo el mercado y la educación no debe entenderse como herramientas para ganarse la vida. La Escuela es la multiplicación de los mundos, es el lugar donde se puede empezar otra vida». Si bien la época insiste en hacerse presente, la institución debe definir qué vínculos quiere tener con el aquí y el ahora.

Quitarle el carácter utilitario a la educación es parte de la tarea de los integrantes de una comunidad educativa, pues el propósito debe ser fomentar la curiosidad, enseñar lo que perdura, aprender porque sí ―agregó el conferencista―.

La pandemia desfiguró la forma de la Escuela y la forma es esencial. No todos los lugares permiten la fragilidad necesaria para aprender. Los últimos dos años fueron un ahora sin un aquí, la comunidad perdió el territorio y planteó una falsa oposición entre virtualidad y presencialidad. «No es a distancia o cercanía, tampoco es si virtual o no virtual. Es, en cambio, saber si hay presencias cuando estamos presentes; si hay palabras que sean otra cosa que no armas de guerra; si hay existencia más acá y más allá de las presencias; contar a otros, contarnos, contar con otros las vidas que podríamos ser, si de verdad nos diéramos vida», concluyó el conferencista. 

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Créditos de imágenes: Centro de Recursos para el Aprendizaje

Artículo modificado (el 4 de marzo se incluyó el video de la conferencia)