15 de julio de 2021

En marzo de 2021 se inauguró la huerta institucional, en el marco del proyecto Chacra Educativa de Educación Inicial y Primaria. Las talleristas Cecilia Marzaroli Almirón y Paloma Bertoni y Bach (Chacra Educativa Santa Lucía) y el equipo de Dirección de Inicial y Primaria gestionan este campo pedagógico instituido en un predio sobre la calle Urquiza.

En marzo también y debido a la situación sanitaria, un nuevo escenario de virtualidad interrumpió la consecución de las clases presenciales. Pero la huerta siguió funcionando con los ajustes que Cecilia y Paloma realizaron para que, a distancia, la práctica de ciencias siguiera su curso. Sobre esta experiencia conversamos con Cecilia Marzaroli Almirón. 

¡La huerta a distancia y justo recién inaugurada! Una nueva experiencia…
¡A distancia, pero muy cercana! Inauguramos en marzo y pudieron ir todos los niños de tercero y de cuarto de Primaria, que son quienes participan activamente del proyecto. Con algunas cuarentenas, la mayoría de los maestros y de los niños pasaron por la huerta y eso fue oro en polvo, porque durante abril y mayo con Paloma pudimos venir a filmar videos para mostrarles cómo estaba todo.

¿Qué lograron hacer en esas primeras semanas de marzo antes de la virtualidad?
Las clases recorrieron el predio, ya que la idea no es empezar sembrando. En general, las huertas educativas colocan semillas y cosechan a los nueve meses, y nuestro objetivo es diferente. Consideramos que una huerta escolar no es para cosechar, es para aprender ciencias. Entonces esta huerta en marzo era un espacio para conocer y generar interés. 

Hicieron exploración en un laboratorio abierto, primero in situ y luego a distancia, a través de los materiales audiovisuales que ustedes elaboraban periódicamente
Sí. Los grupos iban, caminaban y observaban, siempre  con nuestra guía. También colocamos trampas de insectos, para ver cómo cambia el predio con la estacionalidad. Y durante la virtualidad, a través de videos, fuimos los ojos de los niños, porque ellos no podían estar en la huerta. Entonces, con Paloma íbamos filmando todo lo que eventualmente podía ser interesante. En los videítos no hablábamos, solo mostrábamos imágenes y el sonido del predio, porque el propósito era generar una situación de observación. Luego se generaban preguntas que nosotros respondíamos con otro video o por mail.

¿Cómo fue el retorno a la huerta?
Como Educación Inicial se reintegró antes, nivel 4 años se sumó para observar, trabajar con los canteros, sembrar acelga, remolachas y arvejas. Esas clases se encargaron de los carteles, además. Con los terceros de Primaria sembramos diferentes especies para que la huerta sea biodiversa, por un tema de conservación del ambiente, que es otro de los temas que tratamos. Como había girasol en el sustrato que llegó y lo vieron, querían sembrar girasol. Es una aberración hacerlo ahora porque es un cultivo de verano; pero aunque lo charlamos, insistieron. Y consideramos que era bueno que ellos vieran qué pasa cuando se cultiva algo en el momento inapropiado.

¿Cómo continúa la huerta luego del reintegro de todos los grupos?
Tercer año comenzó de inmediato, ni bien volvieron a las clases presenciales. Con ellos pudimos apreciar que, a través de los videos, logramos que la huerta estuviera viva en su experiencia. Tenemos en suspenso cuarto año, con las maestras vamos a redefinir el programa, porque todo ha cambiado debido a la virtualidad y al momento del reintegro; tenemos que readecuarnos y dar cierre a temas que se trabajaron en la virtualidad. Trabajaremos con las maestras para rearmar los objetivos, mientras la vida de la huerta continúa su curso.

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Crédito de imagen: Cecilia Marzaroli Almirón