5 de octubre de 2022

La escenificación teatral de una obra demanda un proceso creativo arduo que implica tiempo y entrega emocional. El grupo de sexto año Artístico se comprometió en el trabajo. El docente de la asignatura Teatro, Prof. Ramiro Perdomo Villar, lideró el proceso de reescritura y la puesta en escena de las piezas. El repertorio incluía Autocríticos (Fernando Schmidt), El cocazo (Íbero Gutiérrez), Sí o no (Leo Maslíah) y Datos (Caryl Churchill).

Todos participaron del reparto de narradores y personajes; de la investigación y selección de recursos escénicos adecuados; de la construcción del código de actuación en función del texto; de la caracterización de personajes; de la creación del movimiento escénico y de la materialización visual.

Trabajaron durante varios meses. En agosto, llegó el momento de salir. Las clases en funcionamiento ―cualquier asignatura, la que tocara, sin importar el tema del día ni el docente a cargo― fueron los públicos y escenarios. 

«Estas intervenciones escénicas son importantes herramientas para la actividad teatral y para la vida cotidiana ―explica el docente del curso―. El proceso de construcción y ejecución de las representaciones permite mejorar la expresividad de los estudiantes. Además, las intervenciones escénicas facilitan el dominio corporal y vocal, amplían la comunicación y elevan la autoestima».

En el marco del programa de la asignatura, esta propuesta cumplió con diversos objetivos: crear escenificaciones para adolescentes; experimentar el «hecho teatral» con diversos contenidos y formas y en variadas circunstancias; adquirir técnicas de actuación; realizar una propuesta estética visual y musical.

En relación con los espectadores ―que se encontraban en los salones de clase, en una actividad cotidiana de escolarización―, la irrupción de estas ráfagas teatrales, en un lugar no convencional, permite descontracturar el concepto del arte. Además, el repertorio escenificado buscó ampliar géneros y autores. 

«Se presentaron con mucha espontaneidad. Causaron gran sorpresa y expectativa en los alumnos de las clases. Se divirtieron porque los sketches eran, en su mayoría, cómicos. La actividad se desarrolló en un clima de mucho respeto y escucha. Con relación a los que trabajaron, me gustó mucho el apoyo que se dieron entre ellos en todo momento, sobre todo en el corredor antes de que un grupito entrara a una clase. Les destaqué que había apreciado un excelente trabajo de equipo y una actuación muy natural, no hubo sobreactuaciones y los vi tranquilos desde el momento que entraban al salón». Carlos Varela Colombo, director general.

«Interesante y pasional intervención de los estudiantes del Artístico. Se observaba la alegría y energía adolescente en las interpretaciones. Valoro la mirada receptiva del grupo (público), sorprendido por la “irrupción” en el aula. Creo que la puesta en escena habilitó la circulación de emociones, pensamientos y reflexiones a nivel grupal». Nancy Peláez Colomer, psicóloga.

«Participé porque quería ver a mis aconsejados en acción. Fue muy bueno ver la cara de sorpresa y cuánto gustó la actuación. Fue fantástico ver cómo los chicos del Artístico se desenvolvieron de esa manera, de forma tan expresiva. Fue un espectáculo muy lindo». Lorena Verdier Cabrera, profesora orientadora pedagógica de la generación.

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 Créditos de imágenes: Centro de Recursos para el Aprendizaje