28 de diciembre de 2022

Laura Di Segni Aris y Micaela Gerla Peña, integrantes del equipo de psicólogos de Primaria, explican el trabajo que, durante todo el año, llevaron a cabo con los sextos de Primaria, la generación que finaliza la etapa escolar.

En acuerdo con las maestras del grado, se pensaron distintas propuestas; al principio tomaron los vínculos como grupo y como generación. En las clases y con diversos talleres, fueron surgiendo otros aspectos, siempre con el propósito de considerar a sexto año como fin de una etapa y comienzo de otra. 

«Trabajamos la identidad de grupo, con dinámicas para generar conciencia, además del conocimiento y acercamiento entre pares. Después abordamos temáticas pertinentes a la edad: manejo de redes sociales, convivencia, conocimiento personal, sexualidad (se trabaja en profundidad en relación con esta etapa de vida: cambios físicos, emocionales y sociales). También abordamos el fin de la etapa escolar y el comienzo del liceo», explican las psicólogas. 

En uno de estos encuentros, los escolares armaron una mochila simbólica con lo que se llevarán de la etapa de Primaria. En el armado de esta mochila surgieron elementos que debían dejar: el uniforme, los recreos largos y las maestras, entre otros. Y también los que serán parte del nuevo equipaje: aprendizajes, recuerdos, amistades, etc.

Después la invitación se extendió a madres y padres. Así, en octubre llevaron a cabo un encuentro entre hijos y padres con el objetivo de reflexionar sobre los cambios que llegan con el fin de la etapa escolar y comienzo de la Secundaria. «Trabajamos las ansiedades involucradas y les propusimos que realizaran dramatizaciones (la noche antes y el primer día del liceo, la entrega del boletín, por ejemplo)», agregan las profesionales.

En las dramatizaciones surgieron miedos, ansiedades y expectativas. Las psicólogas se encargaron de dar marco y facilitar la reflexión. El taller finalizó con una carta que cada alumno escribió sobre los aspectos que, como familia, deben incluir en la mochila imaginaria. En especial, los escolares pidieron a sus padres comenzar la nueva etapa con confianza, amor, apoyo, consejos y paciencia, entre otros.

Este proceso se enriqueció con un programa de visitas a Secundaria (a diversas clases de primer año del liceo y almuerzos en la cafetería), además de otros intercambios didácticos.