Primaria / Secundaria

30 de agosto de 2022

Un escenario sencillo. En el auditorio, dos grupos de escolares esperan, no saben exactamente qué va a suceder. Están expectantes. Comienza la función. ¡Es teatro! Las actrices y los actores son adolescentes y dan vida a una niña que no se expresa bien (que quiere irse a «hacer una cosa a un lugar que queda por allá») y una mamá que no la entiende. La representación es breve y concisa. Al finalizar, hay aplausos. 

De inmediato, dos amigas («Las Chicas Perla»), mientras estudian una lección, cuentan una anécdota escolar un tanto ridícula. El público se expresa y vuelve a aplaudir. También hay comentarios y risas. En la última escena, una niña y un niño reflexionan sobre si puede estar viva la pata de un monstruo muerto.

Natacha es la protagonista de las tres escenas. Los espectadores la reconocen, pues es el personaje principal de los libros del argentino Luis Pescetti. 

A pesar de tratarse de sus primeras experiencias en escena, el grupo actoral demuestra serenidad. En sus rostros también se observa beneplácito por la consecución de la actividad (en especial, cuando logran captar la atención del público, que es inquieto y exigente).

Otros dos grupos de Primaria ocupan el auditorio y se desarrollan otras tres escenas, diferentes, con Natacha como protagonista.

Estas intervenciones escénicas tuvieron lugar el jueves 18 de agosto en el salón Multiuso de Primaria y estuvieron a cargo del grupo de segundo año de Bachillerato Artístico, bajo la coordinación del Prof. Ramiro Perdomo Villar, docente de la asignatura Expresión Corporal y Teatro. Del público, que cambiaba cada media hora, participaron grupos de segundo, tercero y cuarto año de Primaria.  

La puesta en escena de Natacha es la «síntesis de diversos objetivos (muy amplios) que se abordan en la primera mitad del año; de hecho, oficia como una primera prueba parcial ―explica el docente―.  Particularmente, se trabaja en la construcción de un hecho escénico puntual que tiene que conquistar a los espectadores en un marco incierto. Es una intervención arriesgada, que provoca que los estudiantes se enfrenten a sus propios obstáculos (inhibiciones, nervios, miedos). También busca generar trabajo en equipo, adaptación de textos a un formato dramatúrgico, creación y construcción desde los diversos lenguajes artísticos que se involucran en una escena (escenografía, vestuario, música, etc.)». 

La puesta en práctica de un ejercicio de esta naturaleza desarrolla la expresividad, la conexión introspectiva, el vínculo con los compañeros de escena y con los espectadores. «Permite el análisis simbólico del hecho escénico y de cómo nos comunicamos en la vida. Esto genera la adquisición de técnicas que pueden ser usadas, no solo en las artes, sino en cualquier otra circunstancia ante otros seres humanos. Es una actividad riquísima y muy polifacética», agrega el docente.

El proceso de creación y práctica de una intervención artística es largo y demandante, pero el fruto del trabajo fue evidente. En una primera evaluación, al finalizar la presentación, surgieron la excepcionalidad, la diversión y la emoción como características sobresalientes. «Di todo de mí», revela un integrante del grupo. Otro agrega que le «llevó esfuerzo y trabajo» y una estudiante acota que «estaba tan nerviosa que, cuando terminaron las presentaciones, [quedó] agotada».

«Las intervenciones escénicas completan aprendizajes significativos que brinda el curso de Expresión Corporal y Teatro y posibilitan que los conceptos teóricos y las técnicas de actuación puedan transformarse, a través de la intensa vivencia de la representación, en importantes herramientas no solo para la actividad teatral, sino para distintas situaciones y desafíos de la vida. Estas propuestas no convocan a los espectadores ―niñas y niños, en este caso― a lugares convencionales. Ellos no saben exactamente de qué participarán. Lo que pretendemos es “invadir” un espacio conocido, para intensificar la vivencia del hecho teatral. Con esto buscamos disfrutar y hacer disfrutar a otros. Esto es algo muy importante, porque durante el proceso hay cansancio, repetición, alto nivel de exposición. Si se trabaja bien, si hay una guía, si hay esfuerzo y disciplina, la representación ante otros genera goce, placer y disfrute, al ver el disfrute de los otros», resume el Prof. Perdomo.  

Créditos de imágenes: Centro de Recursos para el Aprendizaje

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