17 de octubre de 2022

Tiene 15 años, cursa tercero de Ciclo Básico, y practica waterpolo desde que tiene 12. Comenzó de manera casual, pero le empezó a ir muy bien, tan bien que formará parte de la delegación sub-16 que representará a Uruguay en el próximo campeonato sudamericano, que se disputará en Colombia. Se llama Ernesto Saldún Spinelli, todo lo explica de manera breve y concluye con una amplia sonrisa.

En un país en el que los varones, mayormente, juegan al fútbol, él practica polo acuático. Un amigo lo hacía y Ernesto le preguntó a sus padres si podía dejar la natación ―porque lo aburría― y probar con el waterpolo. «Me dejaron y empecé. Me encantó», explica con convicción.

Agrega que «es un deporte muy diferente y que [le] gusta la exigencia que tiene». De hecho, su plan semanal es muy estricto, con entrenamientos diarios, que se suman a la rutina liceal. Ernesto asiste a clases hasta las 16 h, llega al Club Banco República a las 18 y termina a las 23:30. De lunes a viernes, ¡todos los días! También entrena los sábados y, a veces, algunos domingos. «Voy al gimnasio y a las prácticas, ahí hacemos nado. Y tenemos prácticas de pelota y partidos», explica.

Insisto en preguntarle qué le aporta el deporte y explica que, mientras nada y juega, siente que fluye, que se mueve en un ambiente que le es natural, y que logra una concentración tal que le permite abstraerse totalmente. «Se me olvida todo». 

La preselección para ser parte de la delegación que jugará en Colombia, en noviembre, comenzó a principios de este año, pero Ernesto tenía un brazo quebrado y se sumó en julio, cuando le sacaron el yeso. Después eligieron a los trece seleccionados. «Me puse recontento, les dije a mis amigos y en mi casa ―explica―. Todos los preseleccionados seguimos con el mismo esquema de entrenamientos. Siento que es una responsabilidad ser parte de la delegación; así que ahora, cuando no tengo ganas de ir a una práctica, voy igualmente».