Primaria
27 de octubre de 2023
Se llama Joaquín Martínez Ambrosoni, tiene once años, está en 5.º C de Primaria (Educación Básica Integrada, EBI) y le gustan los Lego. Le gustan mucho (¡mucho!), ya vamos a descubrir cuánto…
Tenía cuatro o cinco años cuando alguien de su familia le regaló su primer Lego. Hasta ese entonces, jugaba con autitos, pero algo cambió porque «con los autitos podés jugar a autitos, carreras y eso. Pero nada más. [En cambio], con los Legos podés construir autos y cualquier otra cosa, también personajes. Tenés todo. Tenés franquicias. Por ejemplo, a mí me encanta Star Wars».
Así comenzó la charla. Joaquín habla sobre el mundo Lego con fluidez. Se expresa con candidez propia de un niño mezclada con la vehemencia de una pasión en desarrollo. Responde con seguridad, se ríe, se acomoda en la silla, elige una pieza que es importante para la conversación. Se preocupa por explicar.
―¿Te regalan Legos todo el tiempo?
―Para mi cumple, los Reyes Magos y el Día del Niño.
―¿Qué dicen en tu casa ante tu interés?
―Mi madre dice que no quiere que compremos tantos, tantos, tantos Legos porque no vamos a poder respirar.
―Porque hay que limpiar y ordenar, además.
―Bueno…
Se levanta, busca unas cajas plásticas para enseñarme cómo guarda los componentes (ladrillos y otros). Me cuenta, además, que tiene una mesa con construcciones sobre las que siempre está trabajando, como la de la sala de Informática en la que estamos conversando.
En ese lugar están las construcciones que realizó 1.º A, uno de los grupos que participa de la 10.a Olimpíada de Robótica, Programación y Videojuegos de Ceibal. Joaquín ha sido uno de los colaboradores, fue invitado por Virginia Pérez Medeiros, coordinadora de Informática. Le pido que me explique de qué se trata su colaboración, pero primero se detiene en los valores ―que están escritos en carteles y que son muy importantes, aclara―: trabajo en equipo, inclusión, cuidar las piezas, divertirse, respetar, compartir. Después me muestra detenidamente las construcciones: una pista de skate, una escuela, un salón de arte.
―Los niños de primero armaron todo esto y yo los ayudé.
―Se necesita mucha paciencia para ayudar a los de primero.
―No, no se necesita paciencia. A mí me redivirtió.
―¿Les enseñabas cómo encastrar las piezas?
―No, eso ya lo saben. Lo que necesitaban era ayuda para programar y para unir algunas piezas, las más difíciles.
―¿Te gustó asumir esa responsabilidad?
―Sí.
Fue una verdadera responsabilidad porque Joaquín, desde julio, además de asistir al Taller de Robótica extracurricular, ayuda a los alumnos de 1.º A a construir la propuesta con la que participan en la categoría First League Explore.
―Te gustan los Legos, la Arquitectura y la Mecánica, ¿te imaginás haciendo algo así de grande?
―No sé… Yo quiero disfrutar de ser niño, de jugar y todo eso.
―Entiendo. ¿Entonces, los Legos son una pasión?
―Sí. Sí. Una pasión. Yo diría que son una obsesión…
―¡Oh! ¿Por qué es una obsesión?
―Porque me encantan. Vivo pensando en Legos. Todo es Legos. Siempre. En mi computadora, tengo un acceso directo a la página.
La clase de Robótica avanzaba y dimos por concluida la charla, aunque podríamos haber hablado durante horas porque el mundo Lego, contado por Joaquín, es una narrativa que atrapa.
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Crédito de imágenes: Centro de Recursos para el Aprendizaje
2 Comentarios
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Etiquetas:
PrimariaRecursos informáticosRobóticaTecnología educativa
el 30 diciembre, 2023 a las 12:11 pm
Que lindo joaco tener una pasión tan linda! Yo amo losmlevos también en mi época se llamaban «ladrillitos» y pasabamos horas diseñando y construyendo con ladrillitos.
Felicitaciones!!!
el 8 noviembre, 2023 a las 2:45 am
Felicitaciones Joaquín por tus logros y humildad.