17 de octubre de 2022

El 31 de octubre, la selección uruguaya sub-16 de polo acuático viajó a Colombia a participar del Campeonato Sudamericano Juvenil (Cali, del 1.º al 6 de noviembre). Juan Salom Boulay (16 años) es uno de los estudiantes de Crandon que participa del plantel. En la foto, Juan sostiene el Pabellón Nacional del lado del asta. Mira a la cámara con convicción y su satisfacción es tangible.

Un martes de mañana, días antes de viajar, hablamos con él. Se había levantado muy temprano, porque había entrenado de 6 a 7 am. Y el día anterior también había tenido prácticas en la tarde (físico primero y pileta después). Ese esquema se repitió los miércoles de noche y los jueves de mañana; y también tuvo entrenamientos los viernes y los fines de semana (sábados y domingos). Así fue durante los dos meses anteriores a la competencia.

El plan fue muy exigente. Juan asiente y dice que está acostumbrado, ya que siempre ha entrenado fuerte, desde los 9 o 10 años cuando comenzó a practicar natación. «Mi padre fue nadador toda la vida y yo desde chico que hago natación ―explica con seguridad―. Estuve en el plantel de natación, pero me aburría. Era muy monótono. Descubrí waterpolo en el club. Llegó un momento en el que hacía los dos, pero no me daba el físico. Y me tuve que decidir por uno, a los 13, 14 años».

¿Cómo compagina un adolescente tantas horas de entrenamiento y los requerimientos de un colegio bilingüe? En la voz de Juan, parece viable, porque su clave es el compromiso: «Lo llevo bien, creo que soy bastante organizado, y lo importante es ser responsable. Si podés manejar eso, se puede hacer todo. (…) Organizo la semana, me anoto las tareas que tengo que hacer para poder cumplir. Hago muchas cosas los fines de semana. Me va bien en el liceo».

Juan viajó a su primer campeonato internacional con expectativas, en el marco de un «grupo exigente, con cuadros muy fuertes, como Argentina y Brasil». Al regresar, tendrá un período de descanso y luego, en las vacaciones, se irá a Brasil junto con otros compañeros del Club Biguá a hacer la pretemporada. 

Le preguntamos si le gustaría dedicarse al waterpolo y qué bachillerato va a continuar. Nos respondió que sabe que no podrá vivir de este deporte, porque no es tan reconocido. «Me encanta, pero no aspiro a ser profesional. Sí voy a seguir practicando. No sé qué voy a estudiar, estoy dudando… quizás siga Científico».

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