14 de noviembre de 2023

1.º A (Educación Básica Integrada, Primaria) obtuvo dos menciones en la 10.a Olimpíada de Robótica, Programación y Videojuegos 2023 de Ceibal. Este año, la consigna incluía la presentación de un problema y una solución sobre arte y cultura, desde el enfoque STEAM (Science, Technology, Engineering & Mathematics).

First League Explore fue la categoría elegida por 1.º Crandon Los Orientales (nombre del grupo) y We Do el lenguaje de programación usado. La clase, que trabajó desde junio en la competencia, contó con la guía docente de tecnología educativa y el resultado fue la creación de instrumentos musicales, un teatro motorizado y una escuela de arte. 

Luego de cumplir con todas las etapas previas, la clase seleccionó, a través de una asamblea, a cinco representantes para ser parte de la instancia final, que se realizó el martes 7 de noviembre. En esta, todos los equipos del Uruguay que habían clasificado debían responder preguntas y mostrar cada proyecto y la maqueta a un jurado. El desempeño del equipo delegado (los niños solos, sin sus docentes, y en una sala a puertas cerradas) fue excelente, y el trabajo realizado por toda la clase se lució, tanto que merecieron dos menciones: mejor maqueta y mejor póster.

Al día siguiente, todavía con la emoción por los logros obtenidos, conversamos con Agustín Martínez Varela, Bautista Rodríguez Gómez, Joaquín Nuñez Salvo, Josefina Pérez Thomasset y Maia Ferraz Clua. El primer comentario fue sobre los aprontes y los atuendos que lucieron, pues una semana antes supieron que debían portar vestimenta acorde a la propuesta que presentarían. «Las madres prepararon todo el disfraz. [Ellas] también participaron. Compraron cosas, pintaron los pantalones y prepararon todo lo demás».

El vestuario, que incluía boinas amarillas, pantalones con pinturas alusivas a los Rolling Stones y vistosas camisetas (diseñadas por la clase), fue motivo de orgullo. También la maqueta. «Fuimos a presentar a Pepe, que es un robot que se mueve. Presentamos un escenario, un parlante, un cine, una guitarra, un tambor, un pincel y una cámara de fotos». 

―¿Para qué hicieron eso? ¿Cuál era el problema que buscaban resolver?
―Que hay niños que no pueden jugar con el arte, la música, ir al cine y al teatro. Entonces, armamos una escuela de arte [gratuita] en la que están nuestros hobbies: pintar, escuchar música, cantar, dibujar… (…) Programamos en We Do, que es de Lego.

Hablamos de los valores porque, en el póster que acompañaba la maqueta se explicitan diversas cuestiones que les preocupan. Se detuvieron en la inclusión, con especial interés en la conformación de las familias y también mencionaron el color de la piel y el origen de las personas. «Lo importante es respetar e incluir. Y el arte incluye a todos», insistieron.

―¿Cómo fue la presentación en el Latu? ¿Estaban nerviosos?
―Sí. Tuvimos que explicarle todo a un jurado. Eran dos señoras que nos hicieron preguntas. 

Nos preguntaron el problema y la solución, y cómo lo habíamos desarrollado. Contamos que hicimos nueve robots que se activan con tablets. Pepe, que se mueve por toda la maqueta, es un robot. El piano, la guitarra, la batería, el tambor, el pincel, el teatro y la escuela son robots también. 

―¿Qué pasó cuando volvieron a Crandon el martes luego de saber que habían obtenido las menciones a mejor maqueta y mejor póster?
―Nos estaban esperando los compañeros, todos estábamos contentos. Saltábamos.

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